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Acordes de espinas.
Acordes de espinas
No todas las realidades me han alcanzado,
a veces soy yo la que persigue por callejones
los ecos de una memoria seductora.
Su paso por la calle tenía el don de provocar…
Deslizó sus blancas manos con uñas de esmalte negro
mezclado con amarillo eléctrico por el pasamanos del metro
Balderas de un enervante Distrito Federal; gabardina negra,
minifalda de cuero, botas y mallas gruesas. Percibía los gestos de
reprobación de apuradas mujeres de austero vestir, que corrían
al final de un día de arduo trabajo, rumbo a su hogar.
El bar “Sansón” estaba a reventar y el grupo de rock
instalaba con presteza su equipo: la consola de poderes, la
batería, las guitarras eléctricas.
a veces soy yo la que persigue por callejones
los ecos de una memoria seductora.
Su paso por la calle tenía el don de provocar…
Deslizó sus blancas manos con uñas de esmalte negro
mezclado con amarillo eléctrico por el pasamanos del metro
Balderas de un enervante Distrito Federal; gabardina negra,
minifalda de cuero, botas y mallas gruesas. Percibía los gestos de
reprobación de apuradas mujeres de austero vestir, que corrían
al final de un día de arduo trabajo, rumbo a su hogar.
El bar “Sansón” estaba a reventar y el grupo de rock
instalaba con presteza su equipo: la consola de poderes, la
batería, las guitarras eléctricas.
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